Los comentarios sobre hacer la frenectomía de una madre experta pueden ayudarnos a decidir si realizamos la intervención o no.
Cuando se diagnostica una anquiloglosia son muchas las opiniones que escuchamos sobre si hay que intervenir o no. En otros puntos de la web hablamos de cuando hay que hacer la intervención.
Las razones para posponer son múltiples. Carmen una madre sanitaria muy experta en anquiloglosia nos explica su experiencia como madre no como sanitaria. Los comentarios sobre hacer la frenectomía de una madre experta como ella no son diferentes de los de otras madres que acuden a nuestras consultas. Creo que es muy útil lo que nos dice y permitirá a que nos decidamos a intervenir o no la anquiloglosia con argumentos relacionados con la lactancia materna.
Si el/la lactante hablará mal o tendrán otros problemas de mayores no nos indican la intervención ya que no tenemos datos científicos suficientes de seguimiento. Mi opinión personal es que si, pero es una opinión. Yo siempre digo a los padres en la consulta que en referencia a intervenir al bebé o no y las posibles consecuencias que tendrá el no hacerlo cuando sean mayores que son opiniones y habrá que investigar adecuadamente el tema para tener conclusiones mas categóricas.
Reitero mi opinión sobre los comentarios de hacer la frenectomía de una madre experta la Dra Carmen Vega a quien agradezco su autorización para poner sus reflexiones en esta pagina web
“Ayer nos dimos un paseito hasta Jerez, para intervenir a Maya de su frenillo lingual corto, con la maravillosa Chiqui de Cos.
.Maya tiene poco más de 2 meses y medio. Los inicios de la lactancia fueron durillos, anquiloglosia tipo 4 con mucho dolor en las tomas y grietas, que fui controlando con posturas y también con muchísima mejoría con Porteo, embarazo y bebés. Ana Hueso Fisioterapia tras la primera sesión.
Después de eso la lactancia iba ‘bien’. No me dolía, las tomas eran cortas, la peque ponía peso bien (a la vista está), por lo que no había por qué intervenir esa anquiloglosia ¿no?.
¡Ayyy! pero es que hay más cosas. Y es que desde hace varios años me dedico entre otras cosas a la intervención del frenillo corto y sé cuales son las consecuencias de no intervenir.
La lactancia nos iba bien, pero:
– Maya chasqueaba (ya no lo hace). No lo hacía mucho, pero lo hacía, por lo que tragaba aire en las tomas. Afortunadamente eso no la hacía estar incómoda como a otros bebés que sufren del llamado cólico, y todo es por ‘culpa’ de un frenillo lingual corto.
– Se le escapaba la teta. Tenía que estar sujetándola. Esto parece una tontería pero con 4 hijos más es importante poder tener al menos una mano libre mientras la peque come: contar un cuento, hacer un puzzle, pintar, jugar a algún juego de mesa. Se me hacía imposible porque en el momento que soltaba la mano de la teta, zas! Se le escapaba y tenía que volver a empezar.
– Respiración oral. Otra consecuencia del frenillo corto. Dormía con la boca abierta (aún lo hace a veces, pero es que la acabamos de intervenir, tiene que ir mejorando) y eso tiene muchísimas implicaciones a nivel general, muchísimas. Y no, no mejora por sí mismo, ni por arte de magia ni ciencia infusa.
– Paladar ojival. Nació con el paladar medio qué, pero cada vez estaba siendo más ojival. Esto está relacionado con lo anterior, y viceversa. Al dormir con la boca abierta y lengua abajo, no contacta con el paladar y éste cada vez se estrecha y se eleva más.
En fin… Todo esto me hacía ver que ese frenillo corto estaba dando la lata. Aunque la mayoría de la gente pensaría que no. No hay dolor, el bebé engorda… No hay que intervenir. He visto a muchas asesoras de lactancia decirle esto a las madres y sinceramente, creo que en estos casos debe derivarse a un profesional, porque no tiene nada que ver intervenir a los pocos meses que a los 5 años, cuando ya está osificado el paladar.
¿Y por qué no lo he hecho antes? La peque tiene ya 3 meses casi…
Pues básicamente por el tema de los ejercicios de rehabilitación. Esta parte es muy dura y soy consciente. La intervención es un minuto, algo similar a poner los pendientes (para quien se los ponga). Pero los ejercicios…. Ay los ejercicios!!! Dos meses hay que hacerlos y 6-8 veces al día. Y el problema es que al principio les duelen, y hay que hacerlos por la noche, despertarlos… Pero si no se llevan a cabo hay riesgo de que la cicatriz fibrose, y la lengua se quede peor que antes de intervenir. Así que operar y no hacer los ejercicios no es opción.
Le di muchas vueltas, pero en el fondo sabía que era algo que había que hacer, así que contacté con chiqui y nos fuimos para su consulta.
¿Y por qué no las operado tú? Es otra cosa que me preguntan. Podría haberlo hecho, claro. Me dedico a eso. Pero ahora estoy en modo madre. Me deja más tranquila poder delegar, además de que no es agradable hacerle eso a tu propia hija! Y por supuesto, porque tengo 100% confianza en Chiqui. Si no hubiera podido contar con ella, pues lo habría hecho yo sin dudar.
Y no, Jerez no está tan lejos. A una hora de Sevilla y además ya sin peaje jajaja Por supuesto que merece la pena. ¡Es algo para toda la vida! Que hay gente que ha venido a mi consulta desde Madrid, Salamanca, Cáceres o Jaén! Y a la de Chiqui hasta de Asturias que está en la otra punta de España. Chiqui es un referente en anquiloglosia. Una profesional estupenda, quien me ha enseñado muchísimo y me ha ayudado a formarme junto con Luis Ruiz Guzman
Es una suerte tenerla cerca
Así que sí, allí nos fuimos y fue todo fenomenal. Esta foto es justo después de la intervención. Apenas lloró y se enganchó a la teta perfectamente. No sangró prácticamente nada.
Y ahora los ejercicios. Vamos bien. Las primeras veces fue muy duro. Le dolía y lloraba muchísimo sin consuelo. Era algo que me esperaba. Por lo que me cuentan los padres, es el momento en el que te ‘arrepientes’ de haber intervenido,jeje porque ya no hay vuelta atrás. Pero afortunadamente eso solo dura unas horas en la mayoría de los casos, y ahora mismo, le puedo hacer los ejercicios sin llorar. Al menos así se hace llevadero… Sólo nos quedan dos meses jeje
En fin, muchas gracias a Chiqui y por supuesto a Rocio Esperanza García Galán que tuvo que luchar con mi “bollito” para sujetarla y que se pudiera hacer la intervención. Un trabajo nada fácil y que ella hace con total maestría y con muchísimo cariño.
¡¡Seguro que estos comentarios sobre hacer la frenectomía de una madre experta nos harán reflexionar!!