Sobrediagnóstico de anquiloglosia
El sobrediagnóstico de anquiloglosia es una situación que nos planteamos en ocasiones.
Cuando algunas personas ante este diagnóstico preguntan: ¿como es posible que ahora hayan tantos casos de anquiloglosia que antes no se veían?. O comentan: “Pero todo el mundo tiene ahora anquiloglosia”. La respuesta que suelo ofrecer es que si uno busca, encuentra.
La duda sobre la posibilidad de diagnosticar de más me surgió al ver un artículo sobre el tema.
¿Cuándo hablamos de sobrediagnóstico?
Hablamos de sobrediagnóstico cuando se diagnóstica una enfermedad que no va a causar nunca síntomas o morbilidad en la vida del paciente.
El sobrediagnóstico suele ser un efecto secundario de las pruebas de cribado sistemáticos en la población y conlleva tratamientos innecesarios y formas de hacer que luego no implican la existencia de patología.
¿Sobrediagnosticamos anquiloglosia?
Cuando diagnosticamos anquiloglosia en madres con síntomas al amamantar no es por un cribado sistemático. Suele ser la madre que acude a vernos por mastitis o dolor en el pezón entre otros trastornos de la lactancia.
Por otro lado no lleva a maniobras excesivas y cuando se interviene mejora el dolor de la madre, la extracción de leche por el bebé y se alarga la lactancia.
Si solo se limitara a los primeros momentos de la vida, alguien podría pensar que dando el biberón lo tenemos solucionado.
Posiblemente la lactancia artificial fue la razón por la que se dejó de diagnosticar y tratar la anquiloglosia. Al dejar de diagnosticarlo entonces ahora tenemos un sobrediagnóstico relativo de anquiloglosia.
Algunos de aquellos bebés que hace cuatro décadas no se le identificó su anquiloglosia posiblemente tienen o han podido tener más alteraciones. Problemas en el habla, paladares ojivales, mal posiciones dentales, alteraciones de columna vertebral y otras consecuencias del frenillo lingual corto.
La anquiloglosia no se está sobrediagnosticando a pesar de apreciar una mayor incidencia si hay dificultades de la lactancia.
Habrá que estudiarlo y tener criterios de diagnóstico válidos. Hay diversos métodos diagnósticos. El más utilizado es el método Hazelbaker. Hay otros métodos: Kotlow, Martinelli e Ingram, y estos nos determina si va a ser necesaria una intervención o no.
Para no decir que hay un sobrediagnóstico deberíamos utilizar la herramienta que tenemos: Un adecuado diagnóstico. Si las cifras son mayores que las que teníamos antes es que no lo identificábamos adecuadamente