Los mocos en el lactante complican la lactancia materna y la frenectomía. Si no se puede respirar no se puede comer.
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Los mocos en el lactante complican la lactancia materna y la frenectomía. Si no se puede respirar no se puede comer.
¿Por qué la frenectomía no funciona? es la pregunta que algunos sanitarios conocedores del tema nos hacemos con frecuencia.
La frenectomía sublingual es la primera consecuencia tras el diagnóstico de anquiloglosia. Con un diagnóstico correcto y corrección de los problemas con la lactancia la cirugía debería funcionar bien y amamantar ser un placer.
Nos encontramos con frecuencia que algunas intervenciones de frenectomia no responden como quisieramos. ¿Por qué la frenectomia no funciona?
Ya se ha comprobado la eficacia de la frenectomía en la disminución del dolor materno al amamantar, así como la mayor eficacia en la extracción de la leche. En ocasiones esto no es así y hay que acudir a una segunda frenctomía. Las razones pueden ser múltiples.
Se habla de las mastitis subclínicas en muchos ámbitos y hemos podido comprobar que algunos casos de escasa mejora tras la frenectomía (en el aspecto doloroso sobre todo) son debidos a que la madre puede tener una infección bacteriana que si no tratamos parece que la frenectomía no haya sido útil.
El síndrome de Raynaud del pezón, originado por el mal agarre del bebé con anquiloglosia y que se mantiene en ocasiones un tiempo posterior a la mejora de la posición de agarre requiriendo a veces tratamiento con calor o farmacológico.
Del Bebe.
Cuando realizamos una frenectomía a bebés grandes es posible que la adaptación a la nueva forma de succionar no se llegue a lograr del todo. Puede ocurrir incluso que a niños pequeños que se les ha realizado no se adapten y abandonen la lactancia (raro).
Los lactantes no saben mamar con la nueva lengua liberada. Como ya han sido alimentados de otra forma o son mayores de 6 meses y ya comen de otras cosas se destetan.
La obstrucción nasal impide comer y respirar al mismo tiempo. Es frecuente en los bebés que tengan mucosidad en las fosas nasales. Si esta mucosidad se acumula de forma natural o por un cuadro catarral de vias altas se dificulta la respiración nasal. Esto hace que pueda haber un rechazo o una sensacion de que el bebé no quiera el pecho. Esta situacion es más frecuente cuando hay hermanos mayores.
Consecuencia de la anterior. Si el moco nasal obstruye la entrada de aire a traves de la trompa de Eustaquio el oido del bebé duele y esto hace que no quiera abrir la boca.
Una de las causas médicas más frecuentes de que no funcione la frenectomía es la realización de una intervención insuficiente. Los frenillos anteriores que menciona Coryllos tienen un componente posterior:
¡Lógico!, sino no llegarían delante
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Si solo cortamos la parte fina anterior del frenillo o repliegue de la mucosa puede ocurrir que estemos trasformando una anquiloglosia anterior en un anquiloglosia posterior. Esta es más difícil de reconocer. Cuando esto ocurre produce una falta de mejora en la madre o incluso, tras una mejoría inicial, un mantenimiento de las sensaciones. Reaparición de los síntomas. La intervención adecuada la venimos haciendo desde hace algunos años. El Dr Parri describió esta tecnica en 2021. Se ve perfectamente un rombo en la base de la lengua.
Por último la razón más importante de escasa mejora tras la frenectomía es la falta de rehabilitación de la lengua que impiden la mejora en la succión. La herida en la base de la lengua se ha de mantener abierta y cerrarse progresivamente, como se dice medicamente, por segunda intencion
Hay que hacer los ejercicios a pesar de que los movimientos de succión hacen que la lengua se mueva y reabra la herida y que durante la noche la lengua ocurre de forma natural cuando se sube fisiologicamente hacia el paladar.
Durante el día, con el bebé despierto, la memoria posicional de la lengua es tenerla abajo que es donde siempre ha estado. Por esta razon los primeros primeros días hay que separar los bordes de la herida para que esta cure de fuera hacia dentro.
También hay que hacer los ejercicios pasivos de movilización de la lengua para estirar el músculo geniogloso que siempre había estado corto. Del mismo modo ejercitar el resto de músculos de la lengua, que tras la frenectomía, ya pueden contraerse adecuadamente.
En algunos bebés, en ocasiones, el rechazo del pecho se produce inmediatamente tras la frenectomía. Por lo general si vienen con hambre suele tener una duración limitada. La acción en el frenillo del bebé no se ve alterada. Otros hacen una huelga de lactancia.
Hemos de mejorar la técnica quirúrgica, hacer una adecuada rehabilitación y controlar los otros problemas acompañantes por alteración mamaria para el logro de una lactancia exitosa tras la frenectomía.
Hay que acompañar a los pacientes para que la lactancia, tras la frenectomía, funcione.
Se han completado la 2ªJornada FRELAC en Madrid del dia 17 y 18 de octubre y la 2ª Jornada FRELAC de Barcelona el pasado 19 y 20 de septiembre.
Hemos tenido un programa interesante como actividad de difusión y actualizacion sobre la Anquiloglosia.
Los temas tratados han sido muy variados abarcando la lactancia materna, la anquiloglosia y los diferentes aspectos vitales en los que la anquiloglosia y su tratamiento influyen: cirugia,fisioterapia,lactancia, logopedia, odontologia, otorrinolaringologia y rehabilitacion.
Los ponentes de las jornadas han sido especialistas en los temas tratados y ha habido una interesante determinación de los asistentes para realizar cambios.
Podemos ver los asisitentes y la mesa redonda final con Dr Luis Ruiz pediatra ·#gavasalutfamiliar, Dr Francisco Parri cirujano pediatrico #frelac, Laia Aguilar Matrona ILCBC #lactap y Jose Luis Garcia Fisioterapeuta de Aupale www.aúpale.com. Todos coordinados por Juancho Quixano #frelac_bcn.
Una experiencia enriquecedora y con muchos imputs para mejorar la lactancia y las dificultades que plantea la anquiloglosia a esta forma de alimentar a los bebés, igual que otros aspectos de la vida
Trabajamos ya para la tercera jornada.
El queloide sublingual es una complicación posible de la intervención de la anquiloglosia
El proceso fisiológico de cicatrización tras una lesión traumática, quirúrgica o de cualquier otra naturaleza, afecta a todos los órganos del cuerpo humano. La piel es el mas visible, pero se produce en todos. Estos procesos de la piel que es un órgano totalmente expuesto están bien estudiados. Conocer el proceso normal y patológico de la cicatrización dérmica hace entender los tratamientos posteriores.
En las mucosas también se produce el proceso de cicatrización. Las células superficiales de la mucosa crecen y recubren las partes de tejido conjuntivo y hemorragias que están expuestas. Esta crecimiento es lento y se limita al contactar con otra célula epitelial en lo que se llama multiplicación carioquinética estudiado desde muy antiguo.
Los queloides son cicatrices anómalas por un acumulo excesivo de células reparadoras llamadas fibroblastos que fabrican fibrina y que son las responsables de que se cierren las heridas abiertas y luego la piel crezca por encima. En una cicatriz normal esto permite que las dos partes de la herida se junten. En el caso de los queloides, al haber un mayor numero de estas células y fabricar mas fibrina, la cicatriz se hace prominente y gruesa y queda visible y más dura.
La aparición del queloide es una situación que tiene un origen hereditario y se ve mas frecuente en individuos de raza negra. Se debe a una reacción local especifica o bien respuesta habitual a la cicatrización.
La frenectomía la hacemos para conseguir una mayor movilidad de la lengua .
Si aparece una cicatriz queloide sublingual o una cicatrización hipertrófica anómala lo que ocurre es una fijación en ocasiones importante. Esto puede hacer que la funcionalidad de la lengua quede disminuida e incluso llegar a ser peor que antes de la intervención dependiendo de la respuesta inflamatoria.
Cuando en la cicatrización queloide hay un componente hereditario importante, pensar en prevenirlas es difícil. Se ha visto que la movilización precoz y los ejercicios de rehabilitación de la movilidad de la lengua pueden evitar esta situación aunque hay datos que comentan que los traumatismo sobre la herida pueden generar mayor acción de las células productora de fibrina.
En estas imágenes podemos ver algunas imagenes de queloide.
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Algunas madres y padres presentan un queloide visible en la piel tras heridas fortuitas o quirurgicas
En el queloide dérmico los tratamientos aplicados son múltiples. 1) Tratamientos quirúrgicos: Extraqueloidea, intraqueloidea y exéresis con injerto intraqueloideo. 2) Corticoides intralesionales. 3) Presoterapia : Ropa, geles de silicona y los clips. 4) Radioterapia superficial y Curietrerapia. 5) Crioterapia. 6) Inhibidor de la síntesis de colágeno: Transilat®. 7) Mezcla antibiótica anticancerígena: Bleomicina®. 8) Laser. 9) Otros fármacos e ingeniería genética y factores de crecimiento (en investigación).Siempre es mejor la prevención como refiere Chriestiam Salem Z et alt.: “En heridas con alto riesgo de desarrollar una cicatrización queloídea”. El comenta: “Se trata de pacientes de raza negra, antecedentes personales o familiares de alteraciones cicatriciales, cierres cutáneos a tensión, cicatrices ubicadas en región pre-esternal, lóbulo de oreja u hombros y heridas que presentaron una cicatrización retardada”
Una vez aparecido el queloide sublingual y diagnosticado, las posibilidades de tratamiento son múltiples. Los resultados obtenidos mediante el masaje han sido buenos y en ocasiones se ha aplicado la procaína tópica. En algunas ocasiones mediante inyección.
No están cuantificados los casos de queloide sublingual tras frenectomía, pero en aquellos que les ha aparecido, ha habido historia familiar de dificultades con la cicatrización.
La rehabilitación precoz de la herida y la aplicación en su caso de procaína tópica dan una buena evolución.
En algunas ocasiones la fibrosis posterior ha llevado a una segunda intervención.
Tres nuevos aspectos de formación en anquiloglosia.
1.-Igual que hace dos años en el Congreso de Lactancia Materna de Pamplona, vamos a viajar a Vigo donde el Sindicato de Enfermería SATSE ha organizado una Jornada de formación en anquiloglosia de 8 horas de duración para personal de enfermería, matronas y fisioterapeutas.
Vamos a hablar sobre Frenillo lingual y anquiloglosia y las repercusiones en la lactancia y otros aspectos en la infancia y en la edad adulta.
En este enlace podéis ver las características de la jornada y datos de realización e inscripción. https://cursos.satse.es/pontevedra/curso/5983-lactancia-materna-y-anquiloglosia-1 Esta en tramite la acreditación por SAGA.
2.-Asimismo para aquella/os profesionales más interesada/os en la intervención de esta patología, se realizara una formación en anquiloglosia práctica para un grupo reducido en la que se intervendrán pacientes que lo precisen tras el adecuado diagnóstico.
Esto se realizara en Vigo en la Clínica Odontológica de Rosa María Cano Diosa en calle Chile número 6 Bajos. Para inscripciones e informacion contactar con el telefono 986200235.
3.- Y por último, para ayudar a las madres lactantes y organizado por los grupos de madres de la zona se hará una conferencia informativa para madre y padres y cualquier persona interesada sobre Lactancia y Anquiloglosia.
Esa conferencia la impartirán los Pediatras Luis Ruiz y Carlos González expertos en lactancia materna y frenillo lingual corto. Ellos han movilizado la lactancia en nuestro país. Juntos ya desde hace 34 años fueron los pioneros en la Iniciativa Hospitales Amigos de los Niños (IHAN) y otros muchos aspectos de la formación en la lactancia, anquiloglosia y crianza. En el canal de YouTube #gavasautfamiliar se pueden ver algunas disertaciones de ambos.
Nos vemos en Vigo.
¿Qué pasa cuando hacemos una Frenectomía?.
Esta es la pregunta que se hacen muchas madres y padres. ¿En que consiste la intervención?
Podemos ver la técnica quirúrgica en varios vídeos: Frenillo anterior y frenillo posterior.
Cuando tras un diagnóstico objetivo, la indicación de esta intervención es precisa, apreciamos desde el primer momento una liberación de toda la lengua en la boca del bebé. Algunas madres y padres comentan enseguida: ¡Ahora saca la lengua!.
Anatómicamente podemos apreciar que cuando la el bebé abre la boca para llorar o cuando se duerme y le abrimos la boca se ve la lengua hacia arriba y en la parte inferior de la lengua, cercano al suelo de la boca y limitado por delante por las glándulas salivales un rombo.
. Este rombo en el que no hay mucosa (la hemos cortado) y que puede tener en un primer momento una coloración sanguinolenta e incluso tener restos sanguíneos. Después de mamar de forma inmediata desaparece quedando solo el color algo mas rosado.
Posteriormente (en horas o día) ese color rojizo se trasforma en blanco debido a que la herida genera una costra para curarse. Ocurre como con cualquier otro tipo de llaga en la boca que se ven blanquecinos sin estar sobre infectados.
Esta herida habrá que mantenerla abierta y conseguir que cicatrice manteniendo la lengua elevada al máximo y son importantes los ejercicios de rehabilitación.
Las herida debería cicatrizar sin que se le junten los bordes (por segunda intención) y en la boca estas suelen acabar de curarse en unos 15 días. Si al cortar el frenillo los bordes más anterior y posterior están separados, esta es la mejora en movilidad que va a presentar la lengua del bebé.
La lengua subirá al llorar y la sacara con mas facilidad. Si la intervención ha llegado a la parte posterior y el rombo es lo suficientemente grande veremos que no hay depresión en el centro de la lengua y esta queda liberada
La lesión bajo la lengua adquiere una coloración blanquecina por la costra que se produce. Esto es fibrina debido a que los restos de sangre y los glóbulos rojos son disueltos por la saliva. Aunque en algún momento el color blanco asemeje pus, la infección post frenectomía sublingual esto no se ha publicado nunca.
Posteriormente la herida va cicatrizando hacia el centro y por lo general entre 10 y 20 días la mucosa (piel de la boca) ha recubierto todo el rombo y se puede ver la lengua hacia arriba.
Si los otros aspectos de la lactancia se han subsanado, esta va a ser diferente: habrá una mejoría en la extracción de leche y la madre tendrá menos dolor entre otros aspectos de la lactancia
Lo qué pasa cuando hacemos una Frenectomía en la boca del bebé es que facilita la lactancia materna.
Los bebés frenectomizados toman pecho a los 3,5 meses en un mayor porcentaje que aquellos no intervenidos
La segunda frenectomía es necesaria para el tratamiento de la anquiloglosia en algunas ocasiones.
Es una situación que está ocurriendo con más frecuencia desde que se practican frenectomías en los recién nacidos que lo necesitan.
Cuando hay anquiloglosia la frenectomía es una técnica segura, eficaz y resolutiva del problema. Desde siempre se habían practicado las frenectomías ante las dificultades de alimentación. Se dejaron de practicar con el auge de la alimentación con biberón. Desde que las madres vuelven a la lactancia materna ha resurgido la práctica.
La segunda frenectomía es necesaria en el frenillo sublingual cuando tras la intervención inicial no hay una mejoría suficiente.
El bebé no succiona adecuadamente y la madre sigue con dificultades con la lactancia en ocasiones similares a las que originaron la primera intervención. A pesar del tratamiento quirúrgico y la rehabilitación de la lengua no han llevado al logro de una lactancia adecuada. Pasa tanto en lactancia materna como en lactancia artificial persistiendo los síntomas que llevaron a operarse.
Las situaciones por las que se necesita una reintervención son diversas:
La proporción de segundas intervenciones cuando empecé a cortar frenillos era muy alta. No hacíamos ejercicios de rehabilitación y quizás también nos limitábamos a cortar la porción mucosa del frenillo.
Con los ejercicios de rehabilitación bajó la frecuencia de reintervenciones a un 5%. Esta ha sido la norma en los últimos años hasta que han empezado a acudir a la consulta niños que ya habían sido intervenidos fuera del centro y que seguían con dificultades con la lactancia. En el gráfico se puede ver el total de intervenciones registradas y la frecuencia de segunda intervención en cada año. Antes de realizar la segunda intervención se aplicó test morfológico de Hazelbaker que fue positivo.
Desde el 2018 el número de visitas con segunda intervención ha subido mientras que se mantienen el número de intervenciones. EL 2020 éstas bajaron por la pandemia y un incremento de profesionales que realizan la frenectomía en hospitales y centros de salud. Desde ese momento el número de segundas intervenciones ha sido de un 18%
Cuando no se realiza la frenectomía completa y no se hacen los ejercicios de rehabilitación la segundas frenectomía es necesaria y su frecuencia aumenta en la población.
Traducido con permiso
BARCELONA. La primera vez que me puse a mi hija en el pecho noté que algo no funcionaba. No succionaba cómo recordaba que lo hacían sus hermanos, que se engancharon en el pecho sin problemas. Avisé a las enfermeras. “Tiene la boca pequeña, ¡ve abriéndosela!”. Con esta frase despacharon mi inquietud y 24 horas después de haber parido por cesárea urgente y con la lactancia lejos de estar establecida me enviaron a casa. En pleno confinamiento y con el COVID campando por los hospitales, había prisa por dar altas. En casa, la situación no hizo más que empeorar. ¿Este dolor es normal? Notaba cómo me clavaba las encías y más que succionar, parecía morder el pecho. Me sorprendí a mí misma presionando los dientes y encogiendo la espalda cada vez que me acercaba la niña al pezón. En pocos días, ya habían aparecido las temidas grietas. Evidentemente, ésta no era la lactancia que yo recordaba.
Con los grupos de lactancia cerrados por el COVID, sin tribu y sin apoyo presencial, contacté virtualmente con una consultora de lactancia que por videoconferencia –aún no visitaban a domicilio– y después de enviarle vídeos de la boca del bebé detectó un frenillo lingual submucoso que dificultaba la lactancia y me aconsejó utilizar pezoneras mientras se curaban las heridas. Confinada en casa no sabía por dónde continuar. ¿A dónde iba para que se lo cortaran? En un control rutinario en el CAP, el único acceso con el mundo exterior aquellos días, le comenté la situación al pediatra, que determinó, a distancia y sin palpar la lengua, que la niña no tenía frenillo lingual y que no hacia falta derivarme a ningún otro lugar. “Pero me duele mucho cuando mamá, no sé cuánto tiempo más podré continuar”. Y él respondió: “Si tienes suerte, en tres meses le habrá crecido la boca y si no, pues le das biberón”. Salí de la consulta llorando de rabia. Tres meses me parecían una eternidad. Por detrás, una enfermera me susurró: “Ya te lo decía que diría que no. No se lo cree mucho esto del frenillo”. Me sentí abandonada a mi suerte.
El frenillo lingual, es una membrana que se encuentra bajo la lengua y que la conecta con la base de la boca. La mayoría de la población tenemos frenillo, pero algunos impiden o limitan la correcta movilización de la lengua y es cuando se dice que el frenillo de la lengua está anquilosado o que provoca anquiloglosia. Cuando el frenillo interfiere en la lactancia, el dolor es la señal más habitual –aunque no siempre lo provoca–. “La lengua es el motor de la lactancia y un órgano clave en el proceso de extracción de la leche y cuando la lengua no es funcional, la criatura busca maneras de conseguir la leche haciendo fuerza con la encía, con la musculatura y aumentando la presión de succión”, explica Alba Padró, experta en lactancia IBCLC y cofundadora de LactApp, la aplicación sobre lactancia y maternidad. También puede causar grietas, mastitis de repetición y obstrucciones del pecho –ya que el bebé no lo vacía correctamente– y es causa de abandono prematuro de la lactancia.
Los siguientes meses les pasé trampeando el dolor y las heridas con pezoneras, cambios de postura y visitas a fisioterapeutas, osteópatas y consultoras de lactancia, cuando ya era posible. La niña se pasaba todo el día enganchada en el pecho y nunca lo soltaba por iniciativa propia. Pero me fijé en que, a diferencia de sus hermanos, podía estirar la misma talla de ropa durante semanas. En otro control en el CAP saltaron las alarmas: en dos meses no había ganado ni un gramo. Se activó la maquinaria para hacerla engordar: extracción de leche materna, suplementos con jeringa, con biberón y sacaleches para sobreestimular la producción. Todo eran parches. A nadie se le ocurrió preguntar por el origen del estancamiento de peso.
Otras señales que pueden indicar la presencia de un frenillo anquilosado son que el bebé sea muy insistente en las tomas y no se acabe de saciar nunca. “No hace una succión efectiva porque la anquiloglosia le impide extraer bien la leche y no gana el peso que le tocaría”, explica Sandra Prieto, enfermera especialista en pediatría del Hospital del Mar y consultora IBCLC de lactancia. Pero el frenillo también influye en otras muchas funcionalidades del sistema orofacial y la anquiloglosia está relacionada con dificultades para pronunciar algunos sonidos, respiración oral, apneas del sueño, problemas de deglución, otitis de repetición o alteraciones dentales y hay estudios que también lo vinculan a la escoliosis. Luis Ruiz, pediatra experto en lactancia materna y anquiloglosia de Gavà Salut Familiar, explica que en un estudio conjunto que se hizo con el Hospital del Mar, se detectó que un 32% de los niños nacen con un frenillo de la lengua limitante. “No todo es el frenillo, pero debe tenerse en cuenta porque es el causante de mucha patología”, dice.
Hay profesionales que consideran que el diagnóstico del frenillo anquilosado “es una moda”. Alba Padró explica que lo ocurrido es que ahora “se ha recuperado la información del frenillo lingual y la cultura de dar importancia a la estructura orofacial de las criaturas en relación a la lactancia”. También se ha incrementado notablemente el número de estudios y publicaciones al respecto. En los últimos años, el frenillo de la lengua ha vivido “una explosión”. “Pero no es que haya más frenillos que antes, sino que ahora los buscas y antes no se detectaban”, opina Silvia Maya, pediatra y jefe de neonatología del Hospital del Mar. En el Hospital del Mar cuando nace un bebé se realiza una exploración para valorar si el niño tiene un frenillo anquilosado y se valoran las tomas en el pecho una vez por turno. “No todo es visual, también depende de lo que sienta la madre. Porque desde fuera el bebé puede tener un agarre correcto pero la madre notar mucho dolor”, dice Sandra Prieto. En caso necesario, se ofrece una frenectomía. “Cortamos muchos frenillos durante las 24 o 48 horas de vida, pero cuando los padres no quieren o nos parece que modificando la postura pueden mejorar, damos un margen”, explica Maya. La alternativa es intentar ablandar este frenillo anquilosado con ejercicios y fisioterapia, pero “es un proceso largo y en ocasiones no se consigue”, dice Prieto. También tienen una comisión de lactancia que se reúne con enfermeras y pediatras de la zona para valorar los casos de anquiloglosia que lleguen a través de la primaria.
Hay 4 tipos de frenillos. Los tipos 1 y 2 son los llamados frenillos anteriores –son los que tienen una fina membrana transparente que prácticamente llega a la punta de la lengua– mientras que los tipos 3 y 4 son los posteriores, “los grandes desconocidos”. “Estos son los submucosos, son gruesos y si no levantas la lengua y los vas a buscar, no los ves. En cambio, los 1 y 2 los ves aunque no quieras”, destaca Slivia Maya, quien considera que para valorar un frenillo, también es necesario “palpar”. “Muchas veces no ves nada, pero pasas el dedo por debajo de la lengua y notas un tejido que está dividiendo la lengua en dos partes”.
No siempre un frenillo anquilosado provoca problemas de lactancia. “Porque mamar es cosa de dos y a veces se puede dar un buen agarre y tanto puede ser que no aparezcan problemas como que aparezcan más tarde”, explica Padró, que recuerda que hace años las comadronas se dejaban una uña más larga para cortar el frenillo “pero todo esto se perdió en los años 70 y 80, con la lactancia artificial”. “Y entonces, cuando una madre tenía problemas con el pecho lo que se le decía es que lo dejara”.
Ante un frenillo de la lengua anquilosado se pueden hacer varias cosas: realizar ejercicios para favorecer la movilidad, hacer fisioterapia específica de lactancia, cambios de postura que favorezcan un agarre profundo o hacer una frenectomía, es decir, cortarlo. Sin embargo, muchos progenitores son reacios porque les da reparo hacer una intervención, por sencilla que sea, a un bebé de pocos días o semanas. “Cuando no tienes suficiente información lo único que ves es el dolor que puede sufrir el bebé, pero no ves lo que hay alrededor. Realizar la frenectomía es bueno para la madre porque alivia el dolor, pero también para el bebé, que podrá mamar bien, puesto que si no está haciendo la succión correcta tampoco lo está pasando bien”, explica Prieto.
La frenectomía es una intervención sencilla que en los primeros seis meses de vida puede realizarse sin anestesia y sin necesidad de entrar en quirófano. En el Hospital del Mar envuelven al bebé en una toalla “porque la contención les deja más tranquilos”, le dan sacarosa para calmar el dolor y aceite esencial de lavanda, que tiene propiedades calmantes y antiestrés, para oler.
Desoyendo lo que me dictaba el instinto, fui retrasando la frenectomía. No conocía a nadie que lo hubiera hecho y en mi entorno más inmediato nadie creía que fuera necesario: “¿Ahora le harás pasar ese mal rato?” Como si querer dar el pecho sin dolor fuese egoísta. Cuando las restricciones se relajaron y volvimos a socializar, empezaron a salir de debajo de las piedras casos cercanos de problemas con el frenillo de la lengua. Los grupos de crianza o las redes de apoyo también son necesarios para poder compartir información. Cuando logramos que le cortaran el frenillo de la lengua, ahora ya por la vía privada, tenía ya casi cinco meses y la succión no mejoró mucho. A los seis meses me seguía provocando heridas como el primer día. “Tenemos poca evidencia, pero sabemos por experiencia que es interesante cortar el frenillo antes de los tres meses porque entonces cambia la forma de mamar, se vuelve automatizada, y es difícil que reaprendan a succionar de forma correcta”, explica Alba Padró. Si bien, añade, a veces la solución es cortar, existen ocasiones, sobre todo en los tipos de frenillo 3 y 4, que a pesar de cortar no mejora. “E intentamos avisar”, dice. Según Luis Ruiz, cuanto antes se corte mejor, pero también recuerda que los beneficios de cortar un frenillo limitante van más allá de la lactancia.
Desde el Hospital del Mar explican que, por lo general, la succión mejora después de cortar el frenillo o va mejorando a medida que pasan las semanas. Pero recuerdan que se deben hacer ejercicios de rehabilitación para que “la lengua reaprenda a moverse correctamente y para evitar que al cicatrizar se vuelva a enganchar por el mismo sitio”. Habitualmente, los bebés reaprenden a succionar, pero a veces a los padres “les da miedo hacer los ejercicios, no encuentran el momento, les duele incomodar al bebé o no ven la importancia”, dicen las profesionales del Hospital del Mar.
Me ha costado meses perdonarme. ¿Por qué no insistí más al pediatra de turno? ¿Por qué no hice caso de mi instinto? ¿Por qué yo, que ya había tenido dos hijos y había hecho tantos temas de salud, no sabía nada del frenillo? “El problema es que el frenillo de la lengua afecta a muchas especialidades médicas: especialistas en lactancia, pediatras, otorrinos, fisioterapeutas de la boca, osteópatas… Hay una cantidad tan grande de profesionales que intervienen en la boca en relación con la anquiloglosia y no existe un diagnóstico común ni una valoración conjunta”, opina Luis Ruiz, quien es también cofundador de FRELAC, unidad especializada en anquiloglosia y lactancia del Hospital El Pilar. “Y hay poca información adecuada”, añade.
Silvia Maya apunta, además, que las mujeres tenemos muy interiorizado que dar el pecho duele, cuando no tiene que hacerlo. “Y si no lo preguntas específicamente la mujer quizás no se queja porque ya tiene asumido que debe hacer daño”. Y Sandra Prieto recuerda que muchas mujeres no hemos visto dar el pecho hasta que tuvimos el primer hijo. “La succión del bebé es intuitiva, pero el acto de amamantar es cultural y si tú no ves cómo se hace no lo puedes aprender”. Considera que los profesionales sanitarios deberían estar más formados en lactancia “para poder diagnosticar los distintos tipos de frenillos”. “Cuando estudié medicina nunca me hablaron de lactancia”, recuerda Maya. “Y entre los pediatras hay de todo. Los que se formaron durante el boom de la lactancia artificial son los que dicen: «Si no le das el pecho le das biberón y no pasa nada». Y sí, no pasa nada, pero si es lo que la madre quiere, no puede que la madre esté frustrada porque quería dar el pecho y no ha podido cuando la mayoría de veces si no ha podido es por un tema que era solucionable”, argumenta la pediatra Silvia Maya.
“La lactancia con dolor no tiene sentido, cada toma es una tortura, pero cuesta mucho decidir dejarlo si la idea que tenías en mente es hacer lactancia materna”, reconoce Alba Padró, quien propone un protocolo de valoración de frenillo de la lengua al nacer. “Del mismo modo que se mira las hipoacusias o se hace la prueba del talón”, dice. Ella y Ruiz recuerdan que esto ya se hace por ley en países como Brasil. “Y también reivindicamos hacer caso a las madres; que se las tomen en serio es esencial”, opina Padró. “No me explico –añade Ruiz– como algo tan simple que se puede hacer en atención primaria estemos dando tantas vueltas. Pero cambiar las cosas como se han hecho siempre, cuesta mucho”.
A los seis meses, entre sangre, lágrimas y mal humor, dejé de amamantar. Tengo un recuerdo agridulce. Tenemos otras muchas cosas y un vínculo a prueba de frenillos, pero tanto la lactancia, como el parto, siento que me la robó el COVID y la falta de información.
Pueden ver el documento original en Catalan clicando aqui
La mejora del habla tras la frenectomía en niños grandes cuando existe anquiloglosia es una de las indicaciones importantes de esta cirugía.
En algunos casos de anquiloglosia muy evidente, los logopedas sugieren y animan a que se realice frenectomía liberadora no siendo en ocasiones atendidos. Esto se debe a que no hay criterios adecuados de definición de la anquloglosia y cuando es necesario intervenirla. El diagnostico en bebés es diferente a los mas grandes y adultos. El uso de herramientas diagnósticas logopédicas como el test de Irene Marchesan permiten identificar el frenillo lingual que precisa cirugía.
Antes y después de la intervención se deberán hacer ejercicios para rehabilitar la lengua y adaptarse pronunciar los fonemas que estaban alterados.
Las actividades realizadas por los logopedas para mejorar la posición de la lengua en ocasiones logran el estiramiento del frenillo. Es el caso de la terapia Miofuncional. Los pacientes pueden adaptarse al uso de la lengua y esto les permite comunicar eficazmente.
Los ejercicios no se pueden realizar si existe una fijación importante de la lengua al suelo de la boca. Cuando se interviene el frenillo la lengua, esta puede desplazarse hasta el paladar. Esto provoca la mejor pronunciación de los fonemas.
En el caso de María bien controlada en el Centro de salud no se había pensado esta posibilidad.
Al proponer el pediatra la frenectomía por las dificultades que planteaba la madre se sorprendió de que no le hubieran mencionado anteriormente la existencia de frenillo que tenía su hija.
La mejora del habla tras la frenectomía se puede comprobar en las imagenes. La pronunciación de una frase conocida y usada con abundantes rr cambia aun sin haber curado del todo. Tras una semana de haber realizado la cirugía con la movilidad de la lengua mucho mayor y la presencia del rombo en cicatrización en la base de la lengua motivan a realizar este tipo de intervención.
En el caso de María de 5 años, no fue necesaria rehabilitación logopédica posterior como puede verse en las imágenes. La visita al logopeda que si es necesaria que se realice en niños con intervención más tardía o en adultos.
La mejora del habla tras la frenectomía en niños grandes precisa de valoración logopedica y si es necesaria, la intervención del frenillo sublingual es importante.