Las madres y padres han de sospechar la presencia de anquiloglosia cuando el/la recién nacido/a presenta dificultades con la alimentación al pecho o biberón.
En la información general hay abundantes datos y referencias médicas de porque intervenir. Intentaremos explicar de forma simple que es y porque habría que intervenir la anquiloglosia.
Hay muchas opiniones sobre el tema y sin bases científicas uno puede opinar que la tierra es plana. Intentamos ayudar a la familia como conseguir una opinión propia y acreditada sobre la anquiloglosia.
Los puntos a valorar por las madres y padres son los siguientes:
La fijación de la lengua a la base de la boca genera una falta de movilidad lingual y de la mandíbula en todas las edades. Esto produce dificultades en procesos fisiológicos de la vida que nos van a sugerir esta alteración.
Estas alteraciones van a ser distintas en los distintos momentos de la vida. Así vamos a sospechar anquiloglosia si:
al bebé le cuesta prenderse del pecho. Aún más si esta situación perdura a lo largo de los días y hay una gran perdida de peso que requiere suplementar. Si el bebé se duerme al pecho, esta todo el día enganchado y si se le separa y llora. Si a la madre le duele el pezón o si hay grietas. Si se produce una gran ingurgitación los primeros días y síntomas de mastitis. Si la boca del bebé se abre poco y si al abrirla y mover la legua se ve un frenillo sublingual limitante: con hendidura en la lengua, que no sale del labio y al llorar se le queda abajo.
hay que pensar en la anquiloglosia cuando hay dificultades en la pronunciación de algunas consonantes: rr, s , tr, pr. O hay trastornos de la comunicación tanto acompañados de hiperactividad como los de aislamiento. En muchos casos hay caries tempranas y abundantes. Los dientes pueden estar rotados y hay paladar ojival y malposción dental con alteraciones en el mordiente abierto o cruzado. En ocasiones hay una retrognatia (mentón hacia atrás) pero en otras el mentón esta salido hacia delante.
Algunas de estas situaciones pueden llevar a los padres o a los adultos a pensar en anquiloglosia. Así como una flor no hace el verano y la presencia de una de estas características aislada no implica anquiloglosia. Seguramente cuando se asocian varias de ellas la probabilidad de tenerla es más alta.
Cuando los sanitarios hacemos un diagnóstico se sigue el proceso de hacer una historia clínica con antecedentes, una exploración y valoración de los síntomas y emitimos un diagnostico.
La historia clínica muestra las razones comentadas antes en como sospechar la anquiloglosia en la que los antecedentes familiares tienen una porción importante.
La exploración buscando y anotando los síntomas debe seguir un proceso protocolizado al respecto y en las distintas edades tenemos varias formas de valorar.
Por último, cada una de estas formas de diagnóstico nos da unos criterios de realización y valores diferentes de confirmación de anquiloglosia con un valor diferente que indica de su tratamiento.
Usando cualquiera de estos métodos tenemos un criterio objetivo y repetible de si hay una anquiloglosia o no.
La simple visión de la boca sin otras exploración puede ser valida para confirmar un diagnostico de una frenillo lingual corto y visibel, muy marcado, pero no es suficiente para decir que no hay anquiloglosia en muchos casos.
Si el diagnóstico nos da valores positivos hay que pensar que se hace y en el caso de intervenirlo y ver cuando, como y donde.
Para tratar la anquiloglosia lo primero que se nos ocurre a todos es fragmentar el frenillo limitante, pero hay quien piensa que se puede llegar a estirar mediante masajes.
La intervención quirúrgica es la técnica más usada con mas frecuencia sea mediante tijeras, con láser o con bisturí eléctrico.
Posiblemente se puede llegar a estirar mediante técnicas de estiramiento. Todos hemos visto algunos grupos étnicos que llegan a colocar un plato en el labio inferior a base de estiramientos. No hay datos científicos que muestren esta técnica como eficaz y algunos terapeutas miofuncionales y logopedas lo primero que recomiendan cuando hay anquiloglosia es su intervención.
Hasta los 6 meses la técnica usando la tijera es muy simple con pocos riesgos y se puede realizar en una consulta de atención primaria.
Cuando se hace con Láser o Bisturí eléctrico en los mayores de 7 meses y hasta la niña o el niño maduran y pueden estar quietos ante la intervención del dentista es preciso sedar a los pacientes. De esta forma nos aseguramos que no van a tener un movimiento brusco que produjera problemas con estos instrumentos. En ese caso se ha de hacer en un quirófano.
Cuando el auto-control de los pacientes esta asegurado y en la edad adulta se puede hacer en la consulta de atención primaria y mejor aun con un sillón odontológico.
En todos se pone anestesia, ya sea la sedación cuando se hace en el quirófano o anestesia local tópica cuando se hace en la consulta en bebés o en adultos.
La frenectomía no es urgente.
Se debe de realizar cuando se determina que hay una necesidad y siempre que los padres quieran. Nadie se pone una escayola si no se tiene un hueso roto y si está roto hoy por hoy nadie se lo cura haciendo masajes.
Si no existen conflictos con la lactancia materna o con leche adaptada, el bebé aumenta adecuadamente de peso y crece adecuadamente, no presenta síntomas de dificultad con la alimentación su intervención no ha de ser urgente.
Hay opiniones encontradas sin base científica de que es lo mejor para el futuro en todas las dificultades que genera la anquiloglosia. En otras partes de la web comentamos cuando realizar la frenectomía y con que rapidez se debe hacer.
Mi opinión es que sin ser urgente, una vez diagnosticada, es mejor realizarla pronto de tal forma que no haya hábitos adquiridos de succión y deglución que luego habrá que rehabilitar. En los bebés mayores, párvulos y niños pequeños si les cuesta ingerir sólidos o cuando inician el habla . Si hablar presenta dificultades tanto por ser niños callados y/o como los que pronuncian mal algunas consonantes.
Cuando tenemos inmovilizada una parte del cuerpo por alguna razón, al volver a movilizarla necesita un periodo de adaptación y de rehabilitación para recuperar la función que debería haber tenido.
En el caso de la lengua tras la frenectomía se debe en primer lugar impedir que la herida se vuelva a adherir como estaba antes. En segundo lugar el individuo debe reconocer mentalmente las nuevas capacidades de la lengua que es nueva en su boca. Y en tercer lugar los abundantes e importantes músculos de la lengua han de reforzarse y crecer como no han podido hacerlo hasta ese momento.
Esta rehabilitación en el lactante se hace sobre todo mamando. Los ejercicios propuestos en la web son una ayuda mayor. En los mas mayores con dificultades en el habla y la deglución creo que la practica de ejercicios del habla con logopedas o haciendo terapia miofuncional seguro que mejora los resultados.
Para evitar que la herida se cierre hay que estar reabriéndola hasta que ha cicatrizado por segunda intención. Mas o menos lo que tarda en curar una ulcera bucal que en este caso hemos provocado nosotros.
Para rehabilitar los músculos y llegar a la adecuada función de la lengua puede variar en individuos. Pienso que no debe de ser menos que la rehabilitación que se ha de hacer cuando te has roto un hueso y necesitas recuperar la musculatura de esa extremidad.