La información general sobre anquiloglosia permite aclarar algunas dudas sobre frenillo lingual, sus funciones, y las dificultades que origina la anquiloglosia.
El frenillo lingual (FL) (frenulum linguae) se define como un pliegue vertical de la mucosa que surge en la línea media de la superficie ventral de la lengua, y que une la parte libre de ésta al suelo de la boca1. Mientras que hablamos de anquiloglosia cuando este resto embriológico de tejido disminuye el movimiento normal de la lengua2, o impide mamar o hablar con soltura3.
Estas definiciones parecen no estar aceptadas por todos los pediatras. Hasta 2012 la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria mantenia que tener la lengua con un menor movimiento no suele ser causa de problemas para el habla y menos para una alimentación (succión) correcta y sugerían que la intervención del FL (frenectomía) no debería realizarse sistemáticamente. En el texto exsitente en su web hastaese tiempo commetanban que no se haría nunca antes del año de edad (preferible entre 2 y 3), pues puede tener problemas de hemorragia, infección o que deje un tejido cicatricial residual4. No se tiene aceso a aquel documento de su web y han modificado los conceptos respecto a la anquiloglosia recientemente4b.
En los últimos años la Anquiloglosia ha reaparecido como una alteración que genera un número importante de dificultades en la población general incrementando el número de publicaciones al respecto5 .
La presencia de anquiloglosia en la población pasa desapercibida y sólo se trata cuando genera problemas de comunicación, deglución y respiración importantes. Es evidente que el habla es importante para el desarrollo de los niños y adolescentes. Cuando hay una anquiloglosia marcada las dificultades de pronunciación y de movilidad de la lengua pueden generar trastornos. Además de respiración bucal, alteraciones dentales y otros problemas físicos pueden provocar problemas emocionales en los niños.
No hay criterios uniformes en la definición de anquiloglosia y se utilizan sistemas diferentes de medición y clasificaciones a las distintas edades7,8,9,10,11,12.
En primer lugar Allison Hazelbaker, en 1993, propuso unos criterios de evaluación y clasificación en tres tipos del FL en recién nacidos, basándose en aspectos morfológicos y funcionales, para determinar la presencia de anquiloglosia y decidir la realización de frenectomía13 y ha sido utilizado por otros autores14. Mas tarde otros estudios se ha realizado asignando a ojo un porcentaje por parte del investigador15. De igual forma Corillos et al. han incluido un cuarto tipo de frenillo en su clasificación16,17.
A pesar de ello otros expertos en FL refieren diferentes formas de diagnosticar la anquiloglosia, aplicándose distintos criterios para identificar la dificultad de la lactancia y su relación con el FL18. Algunos métodos han sido evaluados previamente si bien la decisión de realizar frenectomía no está consensuada dependiendo en muchas ocasiones de la decisión del sanitario19 sin valoración objetiva previa20.
En los estudios publicados, la prevalencia de anquiloglosia varía entre el 0,1% y el 5%21,22,23, pudiendo llegar al 10,7% 24, aunque hay que tener en cuenta las limitaciones existentes en relación a su definición y los diferentes grupos de edad a partir de los cuales se ha calculado. Por otra parte, se ha observado que las prevalencias son más elevadas en bebés que en niños y adolescentes lo que podría indicar que las formas leves de anquiloglosia se podrían resolver con la edad25.
En la Figura 1 se presentan los resultados de un estudio de prevalencia propio desarrollado en un Centro de Asistencia Primaria de 0 a 14 años.
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Los trastornos en la alimentación del lactante es el primer problema que mediante la frenectomía llegamos a solucionar La eliminación del frenillo era una práctica común realizada sistemáticamente en los recién nacidos por la matrona, en la misma sala de partos, que a principios del siglo pasado, y de forma más acentuada desde los años 50, dejó de realizarse26. En este aspecto son muchas las publicaciones aparecidas recientemente5 y que confirman datos históricos27 o situaciones en culturas más primitivas donde se hace la intervención por la matrona en la misma sala de partos28.
El “National Institute for clinical Excellence” evaluó las recomendaciones sobre la necesidad de realizar frenectomía en algunos bebés con dificultades en la lactancia materna29. A partir de ahí el propio Sistema Nacional de Salud Inglés (NHS) asumió como guías de actuación.30
La utilización del láser en las intervenciones bucales es cada vez más frecuente con buenos resultados. Muchos odontólogos lo utilizan habitualmente para el tratamiento de otros procesos de la boca como gingivitis, caries y otros.
Durante el Congreso Internacional de Profesionales de Anquiloglosia, IATP, Denver 2016, se mostró esta técnica como la más avanzadas y útil en recién nacidos y niños pequeños.